🗓️ Hoy hace seis años...

Hoy hace seis años, el 18 de noviembre de 2017, celebramos la beatificación del Padre Solanus Casey. Desde el punto de vista meteorológico fue un día duro debido al fuerte aguacero. Aun así, el estadio de fútbol Ford Field se llenó de fieles católicos y de otras personas. Una vez dentro del Ford Field, el espíritu del sencillo fraile capuchino se podía sentir a nuestro alrededor. El P. Solanus había vivido en el monasterio de San Buenaventura de Detroit unos 22 años en total. Mucha gente acudía a él cada día. Al igual que la gente que acudía a Jesús, la gente acudía a él con sus problemas y preocupaciones, acudían a él en su enfermedad y necesidad, acudían a él con sus dolencias y en busca de consejo. Él los acogía a todos. Los escuchaba pacientemente, les daba instrucciones sencillas y les pedía una pequeña ayuda para las Misiones. Y luego rezaba sinceramente por ellos. Les daba esperanza y consuelo. Muchas personas recibieron los favores de Dios, lo que llamaban "milagros". Tenía el don de profecía y el don de curación. También tenía el don de leer el corazón de los demás. Pero nunca afirmó que tuviera ningún don. Innumerables personas recibieron consuelo de él.

Era una persona totalmente agradecida, y siempre hablaba de ser agradecido. Si uno es agradecido, naturalmente también se vuelve humilde. Era humilde hasta la médula. Si uno es humilde, tiene que ser gentil. Él era el alma más gentil. Siempre confiaba y dependía de la Providencia de Dios. Hablaba de las misericordias de Dios. Era tan sencillo como para tocar el violín al Niño Jesús en el Nacimiento. Vivió muy sinceramente su voto de pobreza. Después de haber vivido 20 años en Detroit, le comunicaron su traslado a Brooklyn cuando llegó en plena noche tras un largo viaje de tres días. ¡Ya estaba a bordo en el primer tren de la mañana mismo hacia su nuevo lugar de destino!

Dos días después de Acción de Gracias, el 25 de noviembre, es su 153 cumpleaños. Demos gracias a Dios por la inmensa bendición del P. Solanus para nosotros. Agradezcamos también a Dios anticipadamente la Bendición de la Canonización.

Todos lo recordamos muy vívidamente: sin tener en cuenta la lluvia y la tormenta, unas 70.000 personas, jóvenes y mayores, llenaron el estadio hasta los topes. Casi todos los asistentes a la misa de beatificación comulgaron y celebraron la alegría de la santidad. Fue una experiencia maravillosa.

En los últimos seis años de mi vida, ¡no he tenido un solo día sin escuchar una historia de bendición o un favor recibido o un "milagro" a través de la intercesión de nuestro Hermano Solanus!

"Bendito sea Dios en todos sus designios"

Fraternalmente,
George Kooran, OFM. Cap.
Director, Cofradía Padre Solano