La espiritualidad del Beato Solanus Casey podría quizás destilarse en una "actitud de gratitud". Consideraba que la gratitud era "el primer signo de una criatura pensante y racional". La oración de "Gracias sean dadas a Dios" brotaba continuamente de sus labios. "El amor a Dios y al prójimo" es otro tema recurrente de sus escritos, junto con la obediencia, la confianza, la humildad y la paciencia.
Durante su estancia en Nuestra Señora de los Dolores, en Manhattan, el beato Solanus tuvo más tiempo para dedicar a sus propios pensamientos. Empezó un nuevo cuaderno, escribiendo sobre sus temas bíblicos favoritos: la resignación, la paciencia, la gratitud, la injusticia, la Eucaristía y la Santísima Virgen.
El P. Michael Crosby en su libro Dar gracias a Dios con antelación escribe: "La espiritualidad es la experiencia y la expresión de la naturaleza y la actividad de una Realidad Suprema. La espiritualidad abarca la forma en que esa experiencia y esa expresión se comunican a los demás". Para Solanus, la "ciencia" o estudio de esa espiritualidad era la religión. A lo largo de sus cartas y declaraciones, volvía continuamente a su definición de religión: La ciencia de nuestra feliz relación y nuestra providencial dependencia de Dios y de nuestro prójimo".