Cuando lo ordinario es extraordinario

Queridos amigos de Hermanos y Hermanas:

Aquí, en el Solanus Casey Center, las historias de "milagros" -o favores, como procuramos llamarlos- nos llegan con tanta frecuencia que a veces es fácil dar por sentados los maravillosos favores que Dios concede a quienes confían en el poder de su Bondad y Misericordia. Se convierten para nosotros en algo "ordinario". ¿No es extraño que lo extraordinario se convierta en ordinario? Por favor, no confundan lo que digo. No es que no nos maravillemos de todas las maravillosas obras de Dios que escuchamos a través de estas historias, pero nuestra realidad es que hay tantas de ellas (gracias a Dios), que se han convertido en una parte común de nuestros días y semanas. Como en la época en que el propio Solanus saludaba a la gente en la puerta principal del Monasterio de San Buenaventura, aquí en Detroit -y en todos los demás lugares donde ejerció su ministerio-, la gente acude buscando algún favor del Señor Dios, y tantas veces sus oraciones son atendidas de manera asombrosa.

Una de las cosas que más me maravillan de Solanus es cómo creía que cada momento de la vida era una oportunidad para que Dios hiciera algo asombroso. Para él, cada momento ordinario tenía el potencial de convertirse en extraordinario. Realmente creía en el poder transformador de la Gracia de Dios, que tiene la capacidad de convertir lo ordinario en extraordinario y, aún más, de convertir los momentos de sufrimiento, dificultad y dolor en motivos para regocijarse en la bondad y la misericordia de Dios. Incluso cuando la vida abandonaba lentamente su cuerpo, reconoció la acción de la gracia de Dios, que le condujo a través de la muerte hacia una nueva vida. El día antes de morir, sabiendo que su final estaba cerca, dijo: "mañana será un hermoso día".

Mientras nos preparamos para celebrar la fiesta del Beato Solano a finales de este mes, mi oración para todos vosotros es que seáis capaces de reconocer la gracia de Dios actuando en cada momento de vuestra vida -en los momentos buenos y en los difíciles, en los de alegría y en los de tristeza- y os ayude a ver siempre algo extraordinario a punto de amanecer. El año pasado recibimos más de 700.000 peticiones de oración que fueron depositadas en la tumba de Solanus y rezadas por los hermanos. ¿Por qué tantas en un solo lugar? Porque la Gracia de Dios sigue tocando los corazones de su pueblo a través de su fe y de las oraciones de Solanus. Que siempre reconozcas cómo Dios responde a tus oraciones, y que la gracia de Dios te colme de alegría en el poder de su amor.

¡Bendito Solano, ruega por nosotros!

Paz y todo bien,
Fr. Steven Kropp, OFM Cap
Director del Centro Solanus Casey